Tratamiento de la irritación cutánea
Ante una irritación cutánea, el objetivo es limpiar suavemente, calmar las sensaciones de malestar y ayudar a la piel a repararse.
Para empezar, es fundamental elegir un enfoque suave de la higiene, para limpiar la piel sin correr el riesgo de irritarla más. Así que opta por un gel limpiador específicamente diseñado para pieles irritadas. Asegúrate de que no contiene jabón ni perfume, y elige una fórmula rica en ingredientes naturales para reducir el riesgo de reacciones e irritaciones cutáneas. Las fórmulas basadas en un complejo de cobre-zinc de acción depurativa son especialmente eficaces.. Puedes aplicar este gel suavemente sobre la zona afectada, luego aclarar con agua tibia y secar con palmaditas muy suaves.
Después, para ayudar a reparar la piel irritada lo antes posible, aplica una crema reparadora. Calmará la piel y acelerará el proceso de reparación cutánea. Aplica generosamente sobre la zona afectada. De nuevo, elige una fórmula lo más natural posible, sin ingredientes irritantes, e idealmente enriquecida con cobre-zinc.
Por supuesto, la delicadeza es imprescindible en cualquier tratamiento de la irritación cutánea. Evita los movimientos bruscos y aplica los productos con las manos bien lavadas.
En caso de infección o riesgo de sobreinfección, sigue el tratamiento médico recomendado por tu profesional sanitario, normalmente antibióticos o corticoesteroides.